Ana
Ortega: Estudiaste Económicas y, sin
embargo, has acabado siendo fotoperiodista. ¿Cuál fue el momento decisivo de
ese cambio de perspectiva?
Paco
Elvira: Yo iba estudiando Económicas y en el fondo iba pensado que eso no me
gustaba, a mí lo que me gusta es hacer fotos. También, mientras iba estudiando
Económicas se produjo el cambio político tan fuerte debido a la muerte de
Franco. Yo ya había hecho fotos por mi cuenta y encontré que había oportunidades
profesionales muy buenas para empezar a trabajar de fotógrafo. Echo de menos
Económicas sólo para saber administras mis cuentas, cosa que no hago demasiado
bien.
A.O. ¿Cuál es el reconocimiento más grande que
puede recibir un fotógrafo que dedica su vida a la cobertura de conflictos?
P.E. Hay
muchos reconocimientos. Creo que el reconocimiento más grande sería un premio
como el World Press Photo que le
acaban de dar a uno de mis compañeros, Samuel Aranda. Por otro lado, también es
un orgullo como profesional lo que te dice la gente.
A.O. Se habla mucho de Robert Capa, de David
Saymour y de otros muchos fotógrafos que vinieron a cubrir la guerra civil
española, pero se menciona poco o nada a los fotoperiodistas españoles que
también tuvieron una gran importancia durante el conflicto. ¿A qué puede ser
debido?
P.E. Hay
un fotoperiodista español que sí se menciona bastante que es Agustí Centelles,
lo que pasa es que tuvo el reconocimiento cuando volvió aquí después de la
muerte de Franco en el 75 con la maleta de sus negativos. Por eso, a pesar de
la calidad extraordinaria de sus imágenes, no se le conocía tanto. Aparte de
eso, había buenos fotógrafos españoles pero no tenían el material apropiado o
se les confiscaban los negativos durante el régimen franquista, teniendo que
apartarse de la profesión o emigrando a otros países.
También
hay que tener en cuenta que Robert Capa, David Seymour o Gerda Taro estaban
publicando en todas las revistas internacionales y eran muy conocidos. Pero
para mí los más importantes fueron Capa y Centelles.
A.O. ¿Cómo se gana un fotoperiodista la confianza
de personas que están sufriendo a causa de un conflicto sin que le perciban
como una amenaza?
P.E. La
verdad es que en muchos sitios la gente está agradecida y se abre mucho porque
ve que tú eres sus ojos, que vas a transmitir su sufrimiento al resto del mundo.
Por tanto, hay una dicotomía, por un lado, entre el papel del fotoperiodista
como transmisor del sufrimiento de las víctimas y, por el otro, es el blanco de
los represores.
Fotografía de la serie Misión en Kabul
A.O. ¿Cuál crees que es la función social de un
fotógrafo especializado en la cobertura de conflictos armados?
P.E. La
función social de los fotógrafos está cambiando en estos momentos difíciles
para la prensa porque se ha primado mucho otros contenidos más frívolos para
vender sus productos antes que fotografías que testimonien las desgracias e
injusticias por las que pasan las personas.
A.O. ¿Cómo puede un fotoperiodista que ha visto
las peores barbaries de una guerra tener ganas de levantarse al día siguiente
para seguir realizando su trabajo?
P.E. A
veces te afecta pero es en los conflictos donde encuentras las mejores virtudes
del ser humano: solidaridad, valentía y demás y en el fondo esto te anima y te
ayuda mucho.
A.O. Los fotógrafos que cubren los
acontecimientos de conflicto arriesgan sus vidas para conseguir fotos decisivas
pero muchas veces no son reconocidos por los medios o son escasamente pagados
por su trabajo. ¿Qué piensas de la precariedad laboral que sufre el sector de
la fotografía de guerra y del periodismo en general?
P.E. La
precariedad de estas profesiones, que es muy grande, conlleva a que la gente
esté mucho menos informada. Aparte de la crisis que es un cambio importante en
el poder, nos encontramos en unos momentos difíciles de precariedad, despidos,
reducción de salarios, etc. Lo que
ocurre es que todo se está desplazando hacia Internet, donde hay proyectos muy
interesantes pero todavía falta un asentamiento final. Por ejemplo, los blogs se han convertido en una herramienta esencial, primero porque es tuyo propio y
puedes publicar lo que quieras. También un blog lo puede hacer cualquiera y no
se necesita dinero para ello.
A.O. Además de fotoperiodista estás consagrado
a la docencia. ¿Qué quieres enseñar a tus alumnos?
P.E. Ya
soy un fotógrafo veterano y aprovecho mi experiencia para enseñársela a mis
alumnos y siempre intento transmitirles mi pasión por la fotografía. Además,
siempre recibo un feedback, una
respuesta positiva de ellos porque soy una persona bien posicionada en redes
sociales, blogs, plataformas diversas… y eso es posible al contacto con gente
más joven que yo. No podría estar poco aislado entre viejas glorias sin estar
en contacto con la realidad y con lo que se está haciendo ahora.
Imagen de Paco Elvira perteneciente a la serie Misión en Kabul
A.O. ¿Crees que la fotografía es una buena herramienta
de denuncia y concienciación social o, por el contrario, crees que ya han
perdido la fuerza testimonial que tenían en su origen?
P.E. Considero que ha
perdido un poco debido al tremendo bombardeo de imágenes al que estamos
expuestos. También por el espectáculo que se hace de lo visual.
A.O. Cuando los motivos que aparecen en el
encuadre de tu cámara están relacionados con las guerras, ¿qué intentas
resaltar de ellos?
P.E. Yo creo que
esto es algo instintivo porque el fotoperiodista intenta buscar una imagen que
represente muchas cosas. Entonces no se lleva una actitud predeterminada, sino
que cuenta mucho la visión, la experiencia, la creencia de que esa va a ser la
imagen decisiva.
A.O. ¿Por qué se elige normalmente el blanco y
el negro en las fotografías de guerra?
P.E. Tiene un poder
importante de simplificación que permite centrarse más en el conflicto. El
color puede distraer un poco. Hay temas, como la fotografía de viajes, que sí
admite mejor el color, y otros como las imágenes de guerra que el blanco y
negro concentra más en lo que está pasando.
A.O. Tu serie fotográfica Misión en Kabul es un
icono dentro de la fotografía de conflictos. ¿Cómo surge el proyecto y qué
esperabas transmitir con ella?
P.E. Para mí este es
un proyecto muy querido porque, en un momento en el que los medios ya empezaban
a tener problemas, fue un trabajo personal que salió muy bien. La primera parte
del proyecto es el reportaje llamado La Aldea de la Paz, título elegido por el
mismo nombre que la organización con la que fui que hace misiones solidarias. Era
un reportaje de vanguardia con el que se recaudaba dinero y fue muy bien porque
creo recordar que se recaudaron unos veinticuatro mil euros.
La organización quedó
muy contenta y les comenté que quería ir en otra de sus expediciones para buscar
niños y estuve quince días en Kabul. Realmente fue impresionante ver las
muestras de solidaridad y muchas veces estuvieron a punto de saltárseme las
lágrimas. Además, tuve la oportunidad de ser uno de los primeros fotoperiodistas
que pisaba Kabul poco después de la derrota de los talibanes. Todo era nuevo
para la fotografía.
Fuentes: Paco Elvira, blog del autor, página personal del autor, quesabesde.com, Blog Cada día un fotógrafo, Blog Enfoca bcn
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